Dentro del asombroso entorno del Parque Nacional Talampaya, hay petroglifos de 1.500 años de antigüedad y morteros colectivos tallados en las rocas que dan cuenta de las actividades y creencias de los primeros habitantes de la región.

Las fechas de radiocarbono obtenidas en restos de viviendas y enterramientos indican que las ocupaciones humanas de la zona corresponden al periodo comprendido entre el 640 a.C. y el 1180 d.C.

Talampaya es uno de los yacimientos de arte rupestre más importantes de Argentina. Los petroglifos fueron grabados con puntas de cuarzo o granito sobre la pátina oscura natural de dióxido de manganeso (o barniz del desierto) que cubre algunas superficies de roca.

Las inscripciones y petroglifos del sitio llamado Puerta de Talampaya - la primera estación donde se detienen los vehículos turísticos en la excursión por el Cañón de Talampaya - se supone que corresponden a la Cultura La Aguada, entre el 500 y el 1000 d.C.

Los petroglifos con motivos antropomorfos, zoomorfos y geométricos incluyen formas humanas estilizadas (hombres con "cascos de traje espacial" o con "alas de mariposa"), camélidos u otros animales, huellas de pies, rastros de aves, figuras simétricas, inscripciones en zigzag y cruciformes.

Pareja con "alas de mariposa". En las imágenes deslizantes se puede ver la roca donde se encuentran estos petroglifos.