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La Quebrada de las Conchas, también llamada Quebrada de Cafayate, es uno de los paisajes más espectaculares del noroeste argentino. Está atravesada en toda su extensión por la Ruta Nacional 68, que va desde la capital provincial de Salta hasta la localidad de Cafayate, a unos 190 km, por lo que es de fácil acceso. Desde numerosas paradas a lo largo del camino se puede disfrutar de magníficas vistas del valle del Río de las Conchas y los cerros que lo rodean, admirar extrañas formaciones rocosas y coloraciones y, lo mejor de todo, realizar caminatas por la reserva natural, para lo que es necesario tomarse tiempo.

La Quebrada debe su nombre a las valvas petrificadas que se encuentran en los sedimentos. También los numerosos fósiles de peces y otros hallazgos paleontológicos del periodo cretácico demuestran que esta zona perteneció antiguamente a un océano primigenio. La rica variedad de formaciones del paisaje se originó por los movimientos de placas tectónicas, el plegado y la fracturación de las capas sedimentarias desde el Cretácico hasta el Terciario, actividades volcánicas, terremotos y millones de años de erosión por el agua y el viento.

Se han descubierto rastros de presencia humana desde el periodo Formativo (siglos X a VI a.C.), como pinturas rupestres y cerámica. Y muy cerca de la formación rocosa "Las Ventanas", los arqueólogos encontraron restos de una sección del Camino Inca.

Con un total de 75 km de longitud, la quebrada comienza a unos 15 km al noreste de Cafayate, en el punto en que los ríos Calchaquí y Santa María se unen para formar el Río de las Conchas, y se extiende hasta la zona al sur de la antigua estación de ferrocarril de Alemanía.