María Paz Gaviria sobre ARTBO

Binder & Haupt: Evaluando la 10a Edición de ARTBO y mirando hacia atrás sobre el camino recorrido, ¿estás satisfecha con los resultados? ¿Cuáles fueron para ti los aspectos más importantes de este año?

María Paz Gaviria: Hace 10 años se trazó, desde la Cámara de Comercio de Bogotá, realizar una feria de arte. Tenía el propósito de posicionar y promocionar a Bogotá como un destino cultural, a la par de fortalecer las artes plásticas del país y crear una plataforma de ciudad incluyente, a través de un evento que va mucho más allá de las plataformas de mercado. En los 10 años de su existencia, ARTBO ha logrado consolidar todos estos objetivos. Estamos supremamente complacidos, tanto con el contenido de la feria como con sus resultados, los visitantes internacionales que vinieron, el cubrimiento de la prensa internacional, la presencia de galerías que asistieron por primera vez y por todo el intercambio que la feria está generando en un momento clave del proceso de internacionalización de la escena artística colombiana.

Por otra parte, ARTBO ha sido esencial para el crecimiento del mercado en Colombia. Por ejemplo, cabe mencionar a las ferias paralelas que han surgido en Bogotá, que es un fenómeno que no se está dando tanto en Latinoamérica, pero que es típico de las ferias muy grandes en otras partes. El hecho de que en estos últimos años se haya logrado crear plataformas alternativas de mercado y otros eventos de ciudad, y que ARTBO haya sido impulsora de nuevas iniciativas, también es un éxito para la feria: es un éxito para la escena y es un éxito para los artistas.

Pero ARTBO, además de su parte comercial que es fundamental, trasciende ese aspecto, lo trasciende en sus espacios, en sus actividades, en sus distintas secciones, en particular con algunas que adicionamos este año y adquiere un carácter catalizador que contribuye a posicionar al arte de Colombia en el contexto internacional, siendo a la vez una plataforma mucho más abierta, más incluyente, más educativa y con un formato diferente. Yo creo que eso es algo que ha logrado la feria de una manera contundente.

B&H: ¿Qué nivel de internacionalización ha logrado ARTBO en términos de galerías participantes? Y siendo las ventas un criterio esencial para una feria comercial, ¿qué tan abierto es el mercado de arte en Colombia?

MPG: ARTBO siempre se concibió a sí misma como una feria internacional y ha hecho mucho énfasis en este aspecto: De las 66 galerías y 14 proyectos, un 80% es internacional. No sé si una cosa influencia a la otra, pero lo que se siente y se observa en el mercado colombiano es que el comprador colombiano es bastante abierto a lo internacional y también al arte emergente.

El comprador colombiano es joven, está empezando, pero es muy receptivo a comprar fuera de Colombia, a comprar artistas emergentes. Y eso se ve reflejado tanto en el contenido como en las ventas de la feria. En general, las galerías se fueron con muy buenos resultados, por supuesto las colombianas tuvieron muy buenos resultados, pero también las internacionales, incluso aquellas que vinieron por primera vez. He tenido muchos comentarios sobre la cantidad de público nuevo que asistió a la feria pero también del balance sano entre coleccionistas colombianos, compradores nuevos, personas que se están formando y coleccionistas y curadores internacionales.

B&H: ¿De qué países vinieron los participantes y visitantes extranjeros más numerosos?

MPG: En los últimas tres versiones, tanto el número de países representados se ha doblado y el número de visitantes internacionales se ha triplicado. Este año la feria tuvo una selección de galerías de 30 ciudades de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. De los países que más recibimos postulaciones fue de España y Brasil, pero crecieron significativamente las postulaciones de Europa. En términos de los visitante extranjeros, vinieron personas de varios países de Latinoamérica, en particular muchos brasileños, muchos peruanos, argentinos, algunos mexicanos, y es la vez que más visitantes no Latinoamericanos han asistido a la feria.

En este momento, Europa y Estados Unidos están mirando mucho a América Latina, en particular a la ebullición de la escena artística en Colombia. Además, la creciente importancia de la economía de estos países emergentes, sin duda repercute sobre su mercado artístico y lo visibiliza para el mundo. En términos de ferias esto se puede apreciar en la internacionalización de ARTBO y en la presencia de Colombia en ARCO 2015 como país invitado de honor.

B&H: En términos de galerías y coleccionistas de países que también tienen ferias de arte fuertes, ¿cómo te explicas el interés en ARTBO? ¿Cuál es el posicionamiento de ARTBO en la competencia con otras ferias?

MPG: Yo creo que la razón por la cual ARTBO se diferencia es porque se halla fundamentado en un modelo propio como feria, un modelo que trasciende lo comercial y que tiene espacios curados y espacios que buscan acercar al público al arte de forma novedosa y que fomentan otro tipo de cosas, que van más allá de lo comercial.

Desde el punto de vista de lo comercial, está la sección Principal de galerías en la que ARTBO, como programa de la Cámara de Comercio de Bogotá, ha sido sumamente cuidadoso en su crecimiento y la calidad de su selección y su oferta. Ese tamaño mediano, que permite concentrar la mirada de la feria en su rigor y en la calidad y la diversidad de la muestra, es uno de los puntos que hace a la feria diferente. Secciones curadas como Proyectos, con los 14 proyectos individuales de artistas y diseñadores representados por una galería, que fueron seleccionados por José Roca para la muestra llamada El uso estético del objeto y que este año tuvieron disposiciones arquitectónicas distintas con base a una forma hexagonal lo que generó más unidad de espacio y de recorrido, así como Referentes, curada por Carolina Ponce de León y Santiago Rueda, concentrada en brindar un contexto histórico exhibiendo obras de grandes referentes para el arte contemporáneo; también hacen parte del aspecto comercial de la feria, pero permiten darle una mirada y un aire diferente, así como contextualizar las obras y los procesos de los artistas para los visitantes, desde la mirada de un curador.

Pero por otra parte la feria tiene secciones no comerciales, que es algo que definitivamente la diferencia de cualquier otra feria. Secciones como Artecámara que también surge como un proyecto de la Cámara de Comercio de Bogotá hace 10 años, es el salón de artistas jóvenes del país, artistas menores de 40 años sin representación comercial, seleccionados a través de una convocatoria pública, nacional. La posibilidad de tener este espacio de visibilidad para los artistas y de descubrimiento para el público dentro de una plataforma como la feria y con el impacto de visitantes de arte que tiene, cambia en realidad este modelo, crea una feria diferente.

Este año, Artecámara se amplió muchísimo. Pasó de 23 artistas a más de 50 y se incluyeron por primera vez espacios independientes autogestionados por artistas. Este tipo de espacios, que emergen en el país en medio de ciertas carencias o falencias institucionales y con actividades poco comunes dentro del mercado de arte, están sin duda entre las iniciativas que más vitalidad dan a la escena artística colombiana y su presencia también contribuye al modelo propio y diferente de ARTBO. Todos estos elementos de tamaño, calidad, curaduría y espacios no comerciales, diferencian a la feria y generan interés.

B&H: ¿Cuál fue la respuesta a la nueva sección Referentes? ¿Van a continuarla en el futuro?

Referentes, a pesar de ser un espacio comercial, es una exposición curada (este año por Carolina Ponce de León y Santiago Rueda) que destaca a artistas que marcaron pauta en el arte contemporáneo, a nivel latinoamericano e internacional. El coleccionismo es un fenómeno bastante reciente en Colombia, es algo que ha ido cambiando y desarrollándose. Se puede decir, que tanto en el interesado como en el comprador de arte colombiano todavía no hay conciencia suficiente de la importancia del arte moderno y de los orígenes del arte contemporáneo. Por ello se decidió armar esta sección, y la mejor manera de hacerla era realizarla en el marco de una exposición curada dentro de la feria, con el propio acervo histórico de las galerías participantes. Fue un experimento que dio resultados maravillosos de crítica, de ventas, de respuestas en muchos sentidos y por supuesto, se va a continuar.

B&H: ¿Y las otras secciones...?

También la nueva sección Libro de Artista se va a continuar y ampliar el próximo año. Y en Articularte, que anteriormente era un espacio para niños pequeños, hemos reenfocado el concepto. Este año, cada estación estuvo diseñada directamente por un artista, para tratar de involucrar a todo tipo de público con la experiencia de taller. Para que tanto tú como el niño se sienten a hacer la actividad de Antonio Caro, o el ladrillo de Mateo López. Es algo que nunca antes habíamos hecho. Pedagogía desde las artes plásticas y desde los artistas mismos.

B&H: ¿Cuál es tu reto profesional más grande para el futuro?

MPG: No tiendo a concebir del futuro de manera puntual, prefiero concentrar mis retos en el marco del presente de dirigir la feria. El reto es seguir internacionalizando a Bogotá, seguir internacionalizando la escena artística colombiana, que creo que es vital para la escena, que se puede desarrollar mejor, que se puede fortalecer, y lo merece. Eso por una parte, y por la otra, hay un tema de democratización de las artes plásticas, de visibilidad dentro de Colombia de la potencia que es su escena artística y de que ARTBO sea un evento que pueda no solamente favorecer artistas, galeristas, curadores, coleccionistas, etc. sino que sea un evento que transforme a Bogotá culturalmente.