Binder & Haupt: Si bien el término chimera designa a una criatura de ficción compuesta por partes de diferentes animales, tiene una connotación negativa para mucha gente, ya que en la mitología griega era un monstruo híbrido que exhalaba fuego, o si se piensa en las quimeras humano-animales que se pueden crear en los laboratorios genéticos hoy en día. En el caso de tu obra, ¿la has concebido como una combinación fantástica, o pretende ser de alguna manera un monumento de advertencia?
Monira Al Qadiri: La obra aborda dos aspectos: Por un lado, destaca que el petróleo es una sustancia milagrosa que ha transformado sociedades enteras y nuestro modo de vida moderno en todo el mundo, pero por otro lado, advierte que es una maldición, una fuerza destructiva para el medio ambiente de la que debemos alejarnos para conseguir un futuro más sostenible. Ambas ideas están contenidas en el título "Quimera", ya que la obra tiene muchas facetas diferentes desde el punto de vista conceptual. Hace referencia por ejemplo también a las culturas "pre- and post-oil" (anteriores y posteriores al petróleo) en la región del Golfo, a las que se alude tanto en su forma como en su color.
B. & H.: ¿Podrías hablarnos un poco sobre proceso de producción o de la técnica escultórica? Su iridiscencia se asemeja al brillo del nácar de las perlas o a los colores de una película de aceite sobre el agua. ¿Cómo se produce este fenómeno iridiscente?
M. AQ.: La escultura es de aluminio y está construida casi como un automóvil. Tiene un "chasis" interior que soporta el peso y todas las diferentes partes de la escultura, y una "carrocería" pintada en el exterior que es atractiva a la vista y a la vez duradera contra los elementos. La construcción de esta escultura permanente fue un proceso extremadamente complejo que duró casi dos años y en el que participaron muchos expertos e ingenieros.
En cuanto al fenómeno de la iridiscencia, es una ilusión creada por nuestro ojo humano. Básicamente, la pintura contiene cristales muy pequeños que tienen un color diferente en cada lado, y cuando uno se desplaza alrededor de la escultura ve que los diferentes tonos se fusionan entre sí. El nácar de perla también nos atrae como adorno por este fenómeno, y el propio aceite o petróleo también, aunque la gente no suele percibir su belleza.
B. & H.: ¿Cómo te imaginas que los visitantes de la Expo de Dubai 2020 se relacionarán con tu escultura? ¿Y crees que la forma en que se la percibe o se reflexiona sobre ella puede cambiar con el tiempo y con el hecho de que el recinto de la Expo se convierta en un barrio "normal"?
M. AQ.: Como todo arte en el espacio público, creo que es muy difícil conseguir que la gente vea tu concepto específico de la obra. Creo que es inevitable porque es un espacio abierto al que el público puede acceder y no un entorno controlado como el de un museo. Así que la obra cobra vida propia a medida que la gente interactúa con ella, y en realidad, como artista, acepto esta inevitabilidad. Me gustaría que la gente tuviera su propia impresión de la escultura al mirarla, también a diferentes horas del día, ya que su color cambia de forma dramática.
Estoy entusiasmada por los visitantes de la Expo, por supuesto, ya que nunca hubiera soñado con que un público tan numeroso pueda ver mi obra de una sola vez. Pero también me ilusiona pensar en la fase posterior, cuando la obra permanezca allí durante muchos años y los vecinos empiecen a convivir con ella y a crear recuerdos a su alrededor. Es entonces cuando siento que la obra cobrará vida. El arte público es muy importante para alimentar el tejido social de un lugar, y espero que mi obra se convierta en una pequeña parte de ese capítulo tan singular en el futuro.
Berlín, noviembre 2021
(Traducción del inglés: Binder & Haupt)