En su primera edición, llevada a cabo en 1983, el Festival reunió a un grupo pionero de artistas y realizadores de video brasileños, convirtiéndose en el primer gran esfuerzo en promover la producción y proyección de obras en este lenguaje. En los años siguientes, el Festival siguió abriendo nuevos caminos incorporando creaciones de arte electrónico y configurándose como un espacio para la experimentación y la asunción de riesgos.

A partir de 1992, el primer año de su cooperación con Sesc São Paulo, el Festival se expandió y se afirmó como un evento internacional de referencia, estableciendo su enfoque geopolítico en los países del Sur Global.

En 2011, la 17ª edición del Festival puso de relieve nuevos e importantes cambios, ya que su convocatoria abierta abarcó obras de arte en todos los lenguajes de las artes visuales, sin restricciones de medio o técnica.

El Festival de Arte Contemporáneo Sesc_Videobrasil también desempeñó un papel clave en el fomento del diálogo entre las producciones artísticas del Sur y las obras de artistas consagrados de diferentes partes del mundo, habiendo presentado exposiciones de Olafur Eliasson (Dinamarca); Bill Viola, Gary Hill y Coco Fusco (EE.UU.); Peter Greenaway (Reino Unido); Marcel Odenbach (Alemania); Akram Zaatari (Líbano); Fabrizio Plessi (Italia); Robert Cahen (Francia); Eder Santos, Chelpa Ferro, Waly Salomão (Brasil), entre otros.

A partir de su 19ª edición en 2015, Videobrasil volvió a innovar lanzando dos convocatorias abiertas separadas. En una iniciativa inédita, el Festival patrocinó el desarrollo de cuatro proyectos de arte, con la supervisión de los curadores, que se mostraron durante el evento.

Cambios conceptuales desde 2018

Con el objetivo de lograr un posicionamiento más contundente en la escena artística global, y sin descuidar los cambios actuales en el contexto local, el evento ha adoptado el nombre de Bienal de Arte Contemporáneo Sesc_Videobrasil. Con su habitual dinamismo y originalidad, el Festival de Arte Contemporáneo Sesc_Videobrasil entra en una nueva etapa, en línea con los objetivos y el calendario internacional de las Bienales internacionales.

Estos cambios no alteran el tradicional apoyo a la producción artística fuera del mercado, la creación de contenidos reflexivos a través de seminarios, debates y publicaciones, las iniciativas para educar al público y el incentivo para el intercambio entre artistas.