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Combinando aracnología, astrofísica y sonido, el artista presenta dos instalaciones, en donde durante 6 meses, 7.000 arañas construyeron la telaraña más grande exhibida hasta el momento.
abr 2017El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires presenta la primera exposición individual en un museo de Argentina de Tomás Saraceno. Con la curaduría de Victoria Noorthoorn y el equipo del Moderno, Cómo atrapar el universo en una telaraña ocupa las salas del segundo subsuelo y del segundo piso del edificio del Museo y presenta dos grandes instalaciones producto de una década de investigación artística. En ambas obras, el visitante podrá vivir la experiencia del universo entendido como una red de interconexiones donde cada elemento se despliega y transforma, reconfigurando sus límites materiales y sociales.
El proyecto, que combina el interés de Saraceno por la aracnología y la astrofísica con el sonido y las artes visuales, nos invita a un “concierto cósmico” colectivo que abarca los dos espacios destinados a la exposición. Cuando los visitantes ingresen en cada una de las obras, al principio sólo verán detalles sutiles. Los filamentos suspendidos de telas de araña o los remolinos de polvo cósmico realizan un viaje flotante a través de la “red cósmica”, donde un sinnúmero de conexiones de otro modo imperceptibles se vuelven tangibles.
The Cosmic Dust Spider Web Orchestra
En la instalación The Cosmic Dust Spider Web Orchestra [Orquesta Aracnocósmica] ubicada en el segundo subsuelo, los visitantes descubren que son parte de un ensamble rítmico. Un haz de luz torna visible el polvo cósmico en el interior de la sala oscura. A través del registro tridimensional de video en vivo, las partículas de polvo flotantes se transforman en sonidos, notas musicales, influenciadas por su posición y velocidad en el espacio. Su sonido es amplificado e espacializado por una serie de más de 25 altavoces distribuidos en la sala. Reminiscentes de Aerocene ̶ formaciones con las que el artista ha especulado posibles “ciudades-nubes” durante más de una década ̶ , las partículas se desplazan en tiempo y espacio: “Una franja de Vía Láctea que brilla… cada comienzo es una nube de polvo... en resonancia cosmoacústica”, observa Saraceno.
A medida que el público transita por la muestra, sus propias acciones se vuelven audibles a través del movimiento del polvo que flota en el plano cósmico. Cada partícula resuena en un tono diferente: Cuando entran en colisión, cada tono se multiplica. La interacción entre los sonidos producidos por el polvo cósmico que flota en la sala, el movimiento de los visitantes, el ritmo de araña (Nephila clavipes) punteando a su tela, y el aire producido por los parlantes crean una composición colectiva de baja frecuencia —un jam session de agentes humanos y no humanos. Como una entidad que se autoorganiza y está siempre en diálogo con los humanos, su respiración y sus movimientos, las partículas de polvo le dan voz al espacio de la sala, se depositan en hilos de telas colectivas y nos invitan a seguir sus trayectorias en el aire. Como si esperaran la caída de una estrella fugaz, los visitantes participan en un loop de luz y sonido que se desborda y revela la sonoridad oculta del cosmos. Entre 5 y 300 toneladas de polvo cósmico caen a la Tierra a través de la atmósfera cada día. Estas partículas, tan antiguas como el universo conocido, son residuos del pasado y del presente, a la vez cósmicas y terrenales. Los filamentos sónicos vibran como una composición interplanetaria, resonando con la formación, de manera caótica, de cuerpos cósmicos nebulosos y no identificables a millones de años luz de distancia.
Instrumento Musical Cuasi-Social IC 342 construido por 7000 Parawixia bistriata – seis meses
Por su parte, el segundo piso del Moderno presenta la instalación Instrumento Musical Cuasi-Social IC 342 construido por 7000 Parawixia bistriata – seis meses la telaraña tridimensional más grande construida y exhibida hasta el momento. Aquí, navegando entre filamentos de telarañas resplandecientes, surgen nidos de nebulosas y clústers de galaxias como ecos de un micro y macrocosmos de cooperación. Alrededor del visitante se forman filamentos interconectados de miles de arañas casi sociales de la especie argentina Parawixia bistriata. Los dibujos en el aire, realizados por unos 40 millones de hilos, revelan la trayectoria de las partículas de polvo cósmico. Mientras avanzamos entre estos multiversos, los visitantes son invitados a adaptarse a los ritmos del cosmos y a la lenta cadencia de los arácnidos. Las arañas han hilvanado una textura que desafía nuestra percepción de la naturaleza misma de “ser” y “devenir” cosmos.
Como si ejecutara una de las instrucciones de Julio Cortázar, Saraceno cita a William Eberhard: “Para empezar, uno primero debe volverse ciego: la araña tiene muy mala visión; sus ojos están en el lado incorrecto de su cuerpo para ver los hilos de la telaraña cuando está debajo de ellos y, de cualquier modo, casi siempre trabaja de noche. (...) El aire es altamente viscoso a escala de una araña; una situación análoga para un ser humano sería construir una tela de sogas elásticas bajo el agua. En cambio, debemos depender de los caprichos del viento; tendremos que lanzar nuevas líneas, permitiendo que las puntas floten en corrientes de aire irregulares”.
Durante seis meses, el Moderno ha alojado especímenes de la especie Parawixia bistriata y ha observado el proceso que experimentan las arañas al habitar un espacio. Esta especie, proveniente del Parque Nacional Copo, ubicado al noroeste de la provincia de Santiago del Estero, y también de la Provincia de Buenos Aires, se caracteriza por construir las telas de mayor longitud en comparación a otras –hasta 15 metros de largo– e integra una de las aproximadamente veintitrés especies que muestran un comportamiento social y cooperativo, dentro de las más de 40.000 especies de arañas conocidas en el mundo.
El equipo del Museo adaptó y aprendió de la temporalidad de la Parawixia, desde su forma de hilar hasta su modo de agruparse y desarrollarse; las arañas tejieron largas y sedosas telas combinándose con y anclándose en la arquitectura de la sala. Las arañas esperan pacientemente una brisa de aire para impulsarse en el vacío del cielo. El ballooning, un método a través del cual las arañas usan el aire como medio de traslación, ha inspirado por mucho tiempo al artista, que se fascina con el entrelazamiento colectivo de miles de hilos que permiten que las arañas se impulsen hacia arriba. Esta estructura comunitaria, con su silueta recortada en el espacio de la exposición, nos confronta con fenómenos que están más allá de la escala humana: 140 millones de años de presencia arácnida en la Tierra. Inmersos en una red infinitamente compleja e interconectada, participamos en la construcción social de los arácnidos, el artista, la curadora, los profesionales de los diversos museos, los científicos y los pensadores de diversas disciplinas que han colaborado en este proyecto.
Como aludiendo a la seda de las arañas, el movimiento del polvo cósmico dibuja huellas en el aire que quedan expuestas en el infinito oscuro del cosmos conocido, tal vez uno entre muchísimos otros. Esto evoca la visión del artista de las “ciudades-nubes”, una visión urbana flotante, una nueva forma de moverse y vivir en la Tierra. Aerocene, el proyecto de sistema abierto de Saraceno, es una serie de esculturas movidas por el aire que permitirán descarbonizar la dependencia que la sociedad tiene con los combustibles fósiles, proponiendo viajes aerosolares alrededor del planeta. Las esculturas de Aerocene se valen de las energías termodinámicas del Sol y de la Tierra que flotan libremente por medio de corrientes en la estratósfera. Así como con Aerocene, la muestra Cómo atrapar el universo en una telaraña vuelve perceptible el aire e invita a los visitantes a deambular por una vasta extensión sónica, proponiendo imaginar maneras diferentes de moverse, como hacen las arañas cuando extienden un puente de tela delante del cielo.
Esta exposición de Tomás Saraceno nace a partir de su investigación de larga data sobre las telarañas expresando la idea del artista sobre el universo como un dominio expandido de interconexiones. A la vez, reconsidera la afinidad más allá de lo humano, como flujos dibujados en el viento atmosférico y trayectos en la “red cósmica”, una analogía comúnmente usada por los astrofísicos para describir el universo como un conjunto de galaxias discretas unidas por gravedad. Surgen múltiples formas, como secuencias de rastros, sendas y constelaciones que revelan lo microscópico, lo global y lo cósmico.
Investigación sobre las telarañas
Durante la última década, Saraceno y su equipo fueron pioneros en el estudio de las telarañas de los arácnidos, para lo cual desarrollaron métodos innovadores que amplían los horizontes de la investigación científica, por ejemplo, a través de un sistema de láser capaz de reconstruir digitalmente redes tridimensionales complejas. Varias instituciones de investigación, como el Massachusetts Institute of Technology y el Departamento de Comportamiento Colectiva del Max Planck Institute, han trabajado con el artista para profundizar su investigación y desarrollo, lo que representa una contribución tanto para las ciencias como para las artes y establece un cruce novedoso entre ambos campos. El Studio Tomás Saraceno, en la ciudad de Berlín, alberga la colección tridimensional de telarañas más grande del mundo, y regularmente Saraceno es convocado por y colabora con diversas universidades e institutos en la preservación, digitalización e investigación de las propiedades de la telaraña.
Catálogo de la exposición
La muestra estará acompañada por un importante catálogo con imágenes de la exposición y del proceso de creación de las obras, además de presentar una selección de ensayos de prestigiosos autores: un texto de Caroline Jones, historiadora del arte del MIT; un documento que aborda la obra del artista desde la astrofísica; un ensayo de Carlos Gamerro que revisa la relación entre telarañas, laberintos y sus metáforas, y un cuento de Pola Oloixarac sobre las arañas y sus redes. Asimismo, la publicación incluirá un texto coral a modo de registro de conversaciones del equipo del Studio Tomás Saraceno y un conjunto polifónico de textos cortos de diversos autores –entre ellos, escritores, historiadores del arte, aracnólogos, físicos y arquitectos– que invitarán al visitante a conocer distintos universos en el espacio del Museo.
La exposición está organizada conjuntamente por el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y el Studio Tomás Saraceno, con la colaboración del Museo Nacional de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia. Ha sido posible gracias al apoyo del Consejo de Promoción Cultural de la Ciudad de Buenos Aires.
Más informaciones:
Museo de Arte Moderno Buenos Aires
Victoria Onassis, comunicación
Tel. +54. 11. 4361 6919
victoriaonassis(at)museomoderno.org
Estudio Tomás Saraceno
info(at)t-saraceno.org
Tomás Saraceno: Cómo atrapar el universo en una telaraña
7 abril - 27 agosto 2017
Museo de Arte Moderno de Buenos Aires
Av. San Juan 350
San Telmo
C1143AAO Buenos Aires
Argentina
Sitio web | Email
Curaduría: Victoria Noorthoorn y equipo
Tomás Saraceno
* 1973 San Miguel de Tucumán, Argentina. Vive en Berlin, Alemania.