Templo de los Leones Alados

En la antigüedad, el recinto del templo estaba conectado con la Vía Columnada por un gran puente sobre el uadi. Un propileo ascendente, o gran entrada, conducía a un pórtico con dos enormes columnas (de unos 13 m de altura) y muros laterales salientes, coronados con capiteles nabateos-corintios. Las pilastras de cerramiento de este pronaos estaban decoradas con figuras sagradas talladas en bloques incrustados. La impresionante dimensión de los tambores de las columnas puede verse in situ. Probablemente se derrumbaron durante el terremoto que destruyó el templo en el año 363 d.C.

El santuario interior del templo (cella), de 17,42 x 17,42 m, presenta un podio central, o mōtab, el típico "asiento" nabateo de la deidad cuando se la representa como betilo. Alrededor de la plataforma cuadrada se alzan doce columnas que llevaban los famosos capiteles con los leones alados en lugar de las volutas de las esquinas, probablemente soportando una especie de baldaquino. Los leones alados se consideraban símbolos apotropaicos, que actuaban como guardianes del santuario. Unas escaleras de cinco peldaños situadas en las dos esquinas delanteras permitían el acceso a través de puertas de hierro (como indican los restos de óxido). El suelo del podio estaba decorado con losas de mármol blanco y negro con motivos geométricos. En la parte posterior de la plataforma hay una pequeña cripta, presumiblemente para elementos de culto. Las grampas de plomo encontradas sugieren que los espacios entre las columnas empotradas se cerraban con cortinas. Los pasillos flanqueados por otras columnas crean un estrecho corredor alrededor del cual se podía circunvalar la plataforma de culto en procesión ritual.

Las paredes interiores de la cámara, pintadas con colores vivos y adornadas con elaboradas molduras de estuco, presentaban nichos poco profundos para exponer los objetos de culto y los regalos ofrecidos a la diosa. Los hallazgos y cálculos indican que originalmente había un segundo piso. Las paredes del segundo piso con columnas debían haber tenido ventanas.

Las excavaciones que tuvieron lugar en el cuadrante suroeste en las décadas de 1970 y 1980 revelaron una serie de arcos que en su día alcanzaron los 5,75 m de altura, proporcionando un soporte estructural al templo. Esta gran plataforma abovedada, llamada por los excavadores "el liwan" (sala alta abierta por un lado con bóvedas de cañón), que estaba enlucida y pintada, pudo haber sido utilizada por los peregrinos o sacerdotes visitantes para pernoctar cerca del templo.

Varias salas excavadas al noroeste del templo parecen haber sido construidas un poco más tarde. Su método de construcción es fundamentalmente diferente y fueron reconstruidas varias veces. Sin embargo, su ubicación sugiere que originalmente estaban conectadas directamente con el complejo del templo. Algunas habitaciones fueron quizás residencias para el personal del templo. Los altares encontrados indican actividades rituales. Otras habitaciones parecen haber sido talleres, con pruebas de molienda de pigmentos, elaboración de mármol, producción de altares en miniatura, procesamiento de aceite y martilleo de metales, actividades que probablemente apoyaban las operaciones religiosas del templo. Además de la cerámica, los objetos de la vida cotidiana descubiertos indican la presencia de hombres y mujeres.

Al norte del templo hay una gran zona empedrada casi cuadrada, el llamado Patio Norte. En su lado oriental hay una entrada monumental, y en el occidental, una más pequeña. Los muros norte, oeste y sur tienen dos o tres escalones o quizás bancos en su interior. Se supone que lo rodeaban hileras de columnas con muros de protección colocados entre ellas. La función exacta de esta enigmática sala sigue siendo desconocida.

La Initiativa del Temple of the Winged Lions Cultural Resource Management (TWLCRM) (TWLCRM) se puso en marcha en 2009 como una colaboración entre el American Center of Oriental Research (ACOR), el Departamento de Antigüedades de Jordania (DOA) y el Parque Arqueológico de Petra (PAP), la autoridad local que administra y gestiona Petra.

La iniciativa trabaja para estabilizar, conservar y presentar el templo y su recinto, para rehabilitar el paisaje circundante, a través de esfuerzos de compromiso social dirigidos a involucrar a las comunidades locales.

TWLCRM ofrece a las comunidades locales de Petra, en su mayoría beduinas, oportunidades de empleo, formación y educación, animándolas a convertirse en partes interesadas en la preservación y sostenibilidad del sitio. Más información en acorjordan.org